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El eje del avance fue la navegación y control 
con técnicas de inteligencia artificial y bioinspiradas

Macabot 08

El Ictiobot y el Macábot son dos robots móviles autónomos que nacieron en 2012 y 2016, respectivamente, en el laboratorio del grupo de investigación INTELYMEC de la Facultad de Ingeniería de la Unicén, en Olavarría. Ambos han sido laureados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MinCyT). El primero, para la exploración submarina, ganó el primer premio de la categoría robótica en Innovar 2012, el concurso nacional de innovacionaciones que organiza cada año el MinCyT. El segundo ganó este año la convocatoria Empretecno que promueve, a través de financiamiento, la creación de empresas de base tecnológica “que generen el crecimiento sostenido a través de la diversificación de las exportaciones y el aumento del valor agregado de la producción”, según expresa el Ministerio. Es por esa razón que este logro de la Unicén es tan importante para toda la comunidad.

Ambos robots, cuyos nombres están inspirados en el reino animal, surgieron de proyectos de investigación que buscaban experimentar y traspasar la frontera de lo que hasta ahora se sabe sobre robótica autónoma. El eje de ese avance fue la navegación y control del equipo con técnicas de inteligencia artificial y bioinspiradas. Estos equipos “se utilizan para estudiar y monitorear los ambientes marinos y acuáticos sobre los que se sabe en general muy poco”, explica el Doctor Ingeniero Gerardo Acosta, Investigador Independiente del CONICET, Profesor Titular de la Unicen y Director del Núcleo Intelymec.

El Ictiobot es un prototipo de vehículo autónomo submarino (AUV por sus siglas en inglés) que puede ser empleado en múltiples aplicaciones. Una de ellas, que inspiró su concepción, es el mantenimiento preventivo de la infraestructura sumergida como tuberías y cables, instalada para la extracción de petróleo y gas. El Macábot es un vehículo autónomo de superficie (ASV por sus siglas en inglés) que surgió como apoyo para el posicionamiento del Ictiobot y sobre el que pronto descubrieron sus utilidades para otras aplicaciones de interés comercial, como las de realizar batimetrías automatizadas en aguas someras. Esto es, “el relevamiento de las profundidades que permite obtener una imagen tridimensional -con relieves- del lecho sumergido”, explica el Dr. Acosta. Esta tarea es especialmengte importante en la operación y mantenimiento de puertos. Es bajo este aspecto que se gesta ElectronByte, el proyecto seleccionado por la última convocatoria Empretecno del MinCyT. Esta empresa iniciará su actividad formal en septiembre de 2018 y estará liderada por el Dr. Acosta y el Ingeniero Luis Arrién, también Profesor y tecnólogo de la FIO y especialista en robótica. ElectronByte fabricará y comercializará robots móviles autónomos de este tipo con los que además brindará servicios a terceros. El principal desafío, según Arrién, es pasar del prototipo a la escala comercial. “Esta siempre ha sido una de las ambiciones de la tecnología y el mundo científico; lograr en la academia un producto con alto valor agregado”, destaca el ingeniero para quien el horizonte es ingresar en el mercado interno y global. Para esta nueva etapa, se necesitará, según Arrién, “de una cuota de osadía y suerte para que las condiciones macro hagan que nuestro producto funcione”. Esta evolución de la investigación a la empresa será también beneficiosa para la Universidad. Luego de la etapa de desarrollo y consolidación del producto, explica Arrién, “la Universidad tendrá un royalty del valor del producto porque ha sido la gestora y ha brindado los medios necesarios para llegar a este punto y de esa manera podrá continuar promoviendo esto en otros grupos de investigación”. Con dos patentes transferidas a una empresa escocesa para otro AUV, el Dr. Acosta explica que “la investigación aplicada en otros lugares del mundo funciona de la mano con los requerimientos sociales y empresariales, por lo que contar con un grupo de I+D+i con recursos humanos altamente calificados, que genere una empresa spin-off capaz de canalizar sus resultados hacia la sociedad, genera un círculo virtuoso muy deseable para un país en nuestra situación”. En ese sentido, Arrién destaca que esta transformación “cambia el paradigma al que está acostumbrada la Universidad”. En base al que “funcionamos con aportes externos, subsidios u otros programas. Cuando la empresa marche sola deberá autosustentarse como todas las demás”. La dupla Acosta-Arrién es un gran complemento.

Uno de los modelos de referencia es Brasil, donde esta modalidad público-privada ha sido la semilla para la creación de múltiples parques tecnológicos. El anhelo de largo plazo para el que trabaja ElectronByte es para que la región de la Unicen se transforme algún día en un polo de conocimiento tecnológico. El camino ya lo están marcando.