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El ingeniero Bruno Menna formó parte del grupo
que halló el pesquero hundido a 93 metros de profundidad

"Era la primera vez que me embarcaba, ya que la última vez habíamos trabajado amarrados en el Puerto de Buenos Aires", explicó Bruno Menna, el ingeniero olavarriense que fue parte de una tripulación científica que halló al pesquero Rigel, que fue encontrado el domingo pasado hundido frente a la costa de Chubut. El profesional es becario del CONICET e investigador de la Facultad de Ingeniería de la Unicén. Al regresar de una capacitación en equipamiento de acústica submarina a bordo del Buque de Investigación Pesquera "Victor Angelescu", participó, junto otros investigadores y Precetura Naval, del hallazgo del pesquero que era intensamente buscado desde el 8 de junio.

IMG 20180621 WA0007Bruno Menna es miembro del núcleo Intelymec (Investigación Tecnológica en Electricidad y Mecatrónica) y desde ese lugar valoró el entrenamiento que tuvo porque fue una experiencia que sentó las bases de una colaboración científica. Eso le permitió ser invitado a la expedición y avanzar con su tesis doctoral sobre sistemas de comunicaciones en posicionamiento submarino. 
El profesional se capacita en diversas áreas y fue convocado para participar de los trabajos para dar con la embarcación que había zarpado con nueve tripulantes a bordo el 5 de junio del Puerto de Mar del Plata rumbo al sur para abocarse a la pesca de langostinos y cuyo último contacto que tuvo con las autoridades fue alrededor de las 23 del viernes 8 de junio.

Viaje complicado

El buque oceanográfico Víctor Angelescu es la embarcación más moderna que tiene la Argentina, y cuenta con la tecnología más avanzada para la investigación pesquera y ambiental. Pertenece al INIDEP (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero) e incluso participó de la campaña de búsqueda del ARA San Juan. En esta oportunidad, puso sus motores en marcha para hallar al pesquero "Rigel".

"El 19 de junio salimos desde Quequén y a última hora llegamos al área de búsqueda que ya estaba delimitada por ciertos indicios", contó Menna. Allí se habían encontrado herramientas, elementos de pesca e incluso el cuerpo del capitán del barco, Salvador Taliercio, el único hallado hasta el momento.

Las condiciones meteorológicas fueron el factor más determinante en el retraso del hallazgo. "El viaje fue empeorando cada vez más, llegamos a tener olas de seis metros y hasta tuvimos que amarrar en Puerto Madryn a esperar que mejore", detalló el investigador.
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El Rigel está a 220 kilómetros de la costa chubutense, a la altura de Rawson, y a 93 metros de profundidad. Para encontrarlo la tripulación se dividió en grupos que rotaban en turnos de cuatro horas.

"Prefectura estableció un área de búsqueda con indicios de la última posición reportada del pesquero tras el hallazgo del cuerpo del capitán (Salvador Taliercio), un salvavidas y una radiobaliza", dijo Menna, en diálogo con "Mejor de Mañana", que se emite a través de 98POP, de EL POPULAR Medios.

"En el viaje de ida desde el Puerto de Quequén hasta el área probamos los equipos e hicimos calibración". El equipo de búsqueda "comenzó las rotaciones de cuatro horas y en parejas". El objetivo era "visualizar en una pantalla estando atento todo el tiempo", dijo y agregó que la situación estaba caracterizada por "ansiedad" respecto de la incertidumbre de lo que se iba a hallar en el lugar.

En el primer turno se verificaron indicios acústicos que luego fueron descartados y "se comenzó a barrer el área". Cabe recordar que el buque tiene sensores.

Las "ondas reflejadas las recibe el sensor. Con eso se obtiene un reporte visual. En el mar ves, escuchando. Este buque tiene unas sondas que permiten ir barriendo un área. Cuándo íbamos barriendo a los 300 metros de ancho, se va reconstruyendo esa imagen". El profesional detalló que "a más profundidad se puede obtener un área de barrido mayor y el fondo plano ayudaba" a las tareas.

Final agridulce

"A las 14 horas de búsqueda apareció algo en la pantalla que era de interés. En principio (debieron) tomarle la medida, sacar dimensiones y se vio que eran consistentes con el pesquero. Se pasa desde distintos ángulos" para finalmente "visualizarlo".

"Una de las ventajas es que el fondo es muy liso y lo que hay se discrimina fácil", sostuvo. Las ondas sonoras emitidas por el sonar se propagan en el agua, cuando detectan un blanco las reflejan y desde la embarcación se recogen los datos.

"Se lo midió y coincidía con las medidas del buque así que se hicieron diferentes análisis de la información para descartar que no sea parte del fondo. Una vez que se lo reconstruyó, Prefectura pudo con el vehículo de control remoto que tiene el Tango, obtener imágenes y sacar fotos", explicó el ingeniero electromecánico de la FIO, en referencia al guardacostas SB-15 "Tango", perteneciente al Servicio de Salvamento, Incendio y Protección Ambiental de Prefectura.

La tarea científica tuvo un sabor agridulce. Por un lado la utilización en campo de tecnología de punta, y por otro la certeza absoluta de una tragedia que se llevó vidas humanas. "Inmediatamente después del hallazgo reinó el silencio por unos minutos", recordó Menna, quien no descarta volver a embarcarse en otra experiencia. "Hicimos un grupo muy lindo, tuvimos que convivir y la relación fue de absoluta armonía", contó finalmente el investigador de Ingeniería.


(Fuente: El Popular, edición impresa del 807/2018)

Escuchá al Ingeniero Menna en la enrevista con Radio Universidad: https://www.ivoox.com/26913392